miércoles, 27 de abril de 2016

PEDRO LUIS ECHEVERRIA, CAMBIO DE RUMBO, YO TE AVISO CHIRULÍ

Después de la reciente visita de Maduro a los hermanos Castro, el “sacudón” anunciado, con bombos y platillos, ha venido siendo relegado al olvido y se han reactivado odios, amenazas y provocaciones contra la disidencia. El contenido del discurso gubernamental muestra una gran deriva desde los temas vinculados a las eventuales incipientes correcciones a las variables macroeconómicas, hacia el establecimiento de más represión a los adversarios del régimen, mayores regulaciones  a la iniciativa privada, creación de nuevas instancias burocráticas para  el  control, nuevos lineamientos para la acción de la fuerza armada y una escalada en el empeño de convertir a la Asamblea Nacional en un ente carente de enjundia y poder. Es decir, en esta etapa, el régimen se apresta  a ejercer un mayor control político, social y económico sobre la ciudadanía.

El país necesita modernizar las estructuras del Estado, hacer eficiente y mejorar la productividad de las instituciones públicas y garantizar a la ciudadanía seguridad y un sistema de justicia y legalidad. El Gobierno desestima irreflexiva e irresponsablemente tal necesidad y obcecadamente responde con más centralización administrativa y más presencia del Estado en las actividades económicas; menos autonomía de acción para los entes públicos y mayor control gubernamental para las actividades privadas  Así encontramos:
Se profundiza la centralización y monopolización de las actividades de importación y exportación ; nuevas prohibiciones a la circulación de productos de la cesta básica y farmacéuticos;  puesta en práctica de diversos sistemas de racionamiento de alimentos a la población, cuyos niveles de escasez se ubican arriba del 50%; amenazas de encarcelación, multas, confiscaciones y expropiaciones al sector privado; erradicar del discurso oficial toda referencia a un ajuste macroeconómico para corregir el déficit del 8% del PIB que tendremos este año, la esperada inflación anual de 800% con cifras mensuales superiores al 20%- la más alta del mundo- , el incremento del porcentaje de personas por debajo de la línea de pobreza- 73% de la población- ; las acciones a adoptar para obtener del exterior los recursos financieros necesarios para evitar el colapso- se estiman en US$ 30 billones-; como enfrentar la crisis de generación de electricidad más allá de las soluciones cortoplacistas de racionamiento; los temas de violencia e inseguridad  que están en límites de entregar al hampa y la anarquía la seguridad ciudadana; no se habla de las divisas que es menester asignar al sector privado para reactivar la economía ni tampoco de la pérdida de las reservas internacionales que se han esfumado a ojos vista y mucho menos de la destrucción de PDVSA. Tampoco se refiere al "complot" institucional del régimen contra la Asamblea Nacional.
 El discurso gubernamental habla de represión; de descalificaciones políticas y acusaciones sin fundamento;  de un "mundo feliz" inexistente; de planes y proyectos  sin viabilidad racional ni recursos para ejecutarlos; de la reafirmación política de la vigencia del ineficiente  modelo socialista; creación de nuevas instancias burocráticas para definir y  establecer los términos del  "modelo económico de transición al socialismo" .
En las peroratas que pronuncia Maduro queda claramente establecido que el único objetivo que persigue es mantenerse en el poder a cualquier costo y ejercer un mayor control sobre la iniciativa privada para endilgarle a ésta todos los males y avatares por la que transita y transitará la economía nacional. En tal sentido, le atribuye las distorsiones que en este momento tiene la economía nacional, pero sin admitir que las referidas distorsiones son de la exclusiva responsabilidad de las erradas políticas instrumentadas por el régimen. Una vez más, se atribuyen los males de nuestra economía al acaparamiento, especulación y otras perversas prácticas supuestamente realizadas por lo que queda del sector privado nacional. Se pretende crear el “chivo expiatorio” para las dificultades presentes y para las que sobrevendrán por la tozudez suicida de mantener el modelo estatista que no ha dado resultado positivo alguno en los tres lustros y fracción  en que se ha venido aplicando.
De esta manera, el gobierno sepulta la esperanza que tenían muchos ciudadanos de ver la puesta en práctica de algunos cambios para mejorar el desenvolvimiento de la economía y consecuentemente su situación personal.
Maduro reafirmó la “guerra económica”, no a los corruptos e ineficientes burócratas que medran a su alrededor para lucrarse ilegalmente, ni  a las inconvenientes e irresponsables políticas que aplica su régimen, ni a las limitaciones ideológicas y políticas que le impiden realizar las correcciones y ajustes necesarios; sino a unos supuestos saboteadores, que obviamente no están en el gobierno. Eso significa que en lo sucesivo, los empresarios y la ciudadanía en general debemos esperar fuertes ataques de descrédito y represión a nuestras actividades, más controles burocráticos a la gestión económica, más entornos adversos para el desempeño empresarial, menos seguridad personal y jurídica, más deterioro del clima de inversión, más obstáculos para mejorar la productividad, más incoherencia gubernamental y mayor sobrevaluación monetaria, cierre paulatino de los canales para que la oposición pueda expresarse y ejercer su derecho, conquistado por el voto popular, de participar en la conducción del país. Es decir, el caos, la incertidumbre y la desesperanza
Pedro Luis Echeverria
pedroluis.echeverria33@gmail.com
@PLEcheverria

Miranda - Venezuela

NELSON ACOSTA ESPINOZA, CAMBIAR PARA QUE TODO SIGA IGUAL,

Amigos lectores, en esta ocasión,  me propongo intentar teorizar brevemente sobre la direccionalidad del cambio político que se está incubando en el país. Se me ocurre que es una tarea necesaria. Tengamos en mente que estamos al borde de clausurar una etapa histórica. Hay que estar atentos. En situaciones como la que estamos experimentando el peligro gatopardiano siempre está presente: cambiar para que todo siga igual.

Vamos a indagar algunos conceptos provenientes de la ciencia política para alcanzar el objetivo propuesto. Por ejemplo, la diferencia existente entre estas dos dimensiones: lo político y la política. Por lo primero, se entiende la dimensión de los conflictos siempre presente en las comunidades humanas, Por lo segundo, las diversas prácticas e instituciones mediante las cuales se crea un determinado orden que organiza la convivencia en el marco de la conflictividad que se desprende de lo político.

Ilustremos a través de ejemplos históricos la concreción de estas dos dimensiones. A lo largo del siglo XIX y primeras décadas del XX, por ejemplo,  lo político se expresaba en la conflictividad entre los diversos caudillos heredados de la guerra de la independencia. El denominado estado oligárquico liberal fue la formula política diseñada para domeñar los antagonismos derivados de esta dimensión de lo político. Barbarie vs, civilización fue la consigna que resumía la propuesta política del positivismo como forma de gobierno. La autocracia censitaria fue su concreción electoral. La democracia, igualmente, fue la formula delineada para procesar  conflictos y compensarlo con nuevas formas de ciudadanía: voto universal y secreto.

Ahora bien, en la actualidad ¿qué es lo que ha entrado en crisis? ¿Lo político, la política?  Lo que intento resaltar es que estamos presenciando los inicios de una nueva etapa histórica. Y esta fase requiere reformular la concepción tradicional de lo político y la política. Los actores deben tener una comprensión de la naturaleza inédita de estos conflictos y su procesamiento mediante nuevas prácticas políticas.

Es obvio que en lo inmediato la tarea es desplazar del gobierno a la cúpula gobernante. Pero este objetivo debe ir acompañado con la enunciación de un nuevo horizonte estratégico. Voy a formular una consideración atrevida. Históricamente, en lo sustantivo, la V república es una continuidad, en su  agotamiento, de la IV. El socialismo del siglo XXI, no constituyo un reemplazo de raíz de lo fundamental de las políticas aplicadas en los finales del periodo democrático. El desmesurado aumento de la renta petrolera permitió que el estado adquiriera una fuerte autonomía en relación de la sociedad civil. Acentuando así,  las tendencias autoritarias que ya estaban presente en la cultura  que prevalecía en los partidos políticos.

Más allá, de las denuncias de los desafueros del gobierno, la oposición en conjunto o, sectores de ella, deberían elaborar un nuevo relato que proporcione una visión alternativa a las formulaciones dominantes en el pasado. Y, los portadores de esta nueva narrativa, deberán con su conducta anunciar los nuevos tiempo por venir. La propensión electoral desprovista de una nueva mirada puede conducirnos hacia una nueva frustración de naturaleza histórica.

Diversos articulistas han descrito la siguiente paradoja. Por un lado, la población experimenta dramáticamente carestías en lo económico, social y cultural (colas, desabastecimiento, derrumbe del sistema escolar, etc.). Y, por el otro, las respuestas de parte de la oposición son tenues y carecen de contundencia. En otras palabras,  no se encuentran a la altura de las circunstancias que le está tocando vivir.  Por otra parte, los sondeos de opinión advierten, igualmente, sobre los deseos de cambios que se anidan en la población. Sin embargo, esos mismos estudios señalan, que esas expectativas no han sido respondidas en forma clara y contundente.

¿Cómo explicar esta contrariedad? Desde luego, son diversas las variables que entran en juego a la hora de diseñar una respuesta a esta interrogante. Sin embargo, me atrevo a señalar una de ellas. Sectores de la oposición conjugan su activismo con una gramática política proveniente de la IV y V república. Viejos hábitos difíciles de extirpar. Habría que agregar que no han podido elaborar un relato que anuncie su ruptura simbólica, cognitiva y cultural con el pasado. Es duro, lo que acabo de expresar, pero necesario. En la actualidad, desde el parlamento, por ejemplo,  (Primero Justicia) se están diseñando propuestas de franco corte populistas. Recuerdan, en forma nítida, a la IV y V república.

En otras palabras, insisto: el peligro gatopardiano está presente: cambiar para que todo siga igual.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64
Carabobo - Venezuela